Este es un caso de un libro que leí siendo estudiante y, la verdad es que no tomé la precaución de anotar o recordar la bibliografía, sin embargo, en cuanto la halle, la comparto inmediatamente; es por ello que no todos los datos son correctos de momento.

Resulta que en la Francia prerevolucionaria, un buen día, los marineros de Marsella se encontraron conque, labrando la concha nácar, se obtenían botones de mucho más calidad y belleza que los regulares. Eran mucho más vistosos y de más duración que los que se realizaban con madera, ya que estos últimos se partían en dos al primer pretexto.

Creo recordar, que existían incluso leyes que regulaban el uso de los botones, ya que, la realeza se reservaba el uso de cierto número de botones, los nobles entre x y y número y el pueblo debía usar menos de y, pero más de dos; algo así. Esto con el objetivo de diferenciar una clase de otra y que un pobre, no se pudiese hacer pasar por noble en ninguna forma. La ley, incluso se aplicaba en otras monarquías en función de tu estatus, siendo una para el rey, una para la alta sociedad y otra para el pueblo raso.

Dado lo anterior, los marineros empezaron a hacer nuevos negocios haciendo dichos botones, empezando a obtener ventas de consideración.

Sin embargo, el marqués Fulano de Tal, al ver sus ganancias mermadas por la disminución de la compra (obligatoria) de botones, realiza una investigación y se encuentra conque eran los marineros los que estaban realizando una “competencia desleal”. Es por ello que acude al rey para plantear su pena y este, decreta que se encuentran proscritos los botones de concha nácar, a fin de acabar con el negocio de los marineros y, restituir las ganancias a dicho marqués.

Un tiempo después se viene la Revolución Francesa y, entre las muchas discusiones que hubieron al momento de buscar plantear la nueva constitución, se encontraban los marineros, quienes deseaban poder tener la libertad de fabricar botones de concha nácar, incluso sin el permiso del rey (que a fin de cuentas, esa es la idea de libertad), cortando la Asamblea, de un tajo, desde el lado jacobino (de izquierda), las concesiones reales para la producción de nada y, el derecho de los nuevos ciudadanos de acceder tanto a la propiedad privada, como a la propiedad de sus maquinarias, de los terrenos que hubiesen comprado y, todo ello, sin tener que dar una renta al noble antaño dueño de las tierras.

Esta situación por supuesto que indignó al lado girondino (la derecha), ya que reclamaban que todas las tierras pertenecían indiscutiblemente al rey, a los nobles, a la alta burguesía y al clero, por tanto, no era posible dar tierras a los nuevos ciudadanos y tampoco ninguna necesidad de vender estas.

Este es uno de los aspectos que emanaron de la Revolución Francesa, sumados a la Independencia de los Estados Unidos, en donde, la izquierda jacobina (ilustrados del lado de EU), tuvo que arrebatar al rey el acceso a la propiedad para poder constituir sociedades modernas.